lunes, 28 de diciembre de 2015

BENDICIONES



Que la tierra vaya haciendo camino ante tus pasos.
Que el viento sople suave a tus espaldas.
Que el sol brille siempre
cálido y fraterno en tu cara.
Que la lluvia caiga suave entre tus campos,
y hasta tanto nos volvamos a encontrar:
Que el Señor te guarde en la palma de su mano.
Que el camino salga a tu encuentro.
Que vivas por el tiempo que tú quieras,
y que siempre quieras vivir plenamente.


Recuerda siempre olvidar
las cosas que te entristecieron,
pero nunca te olvides recordar
las cosas que te alegraron.
Recuerda siempre olvidar
a los amigos que resultaron falsos,
pero nunca olvides recordar
a aquellos que permanecieron contigo.
Recuerda siempre olvidar
los problemas que ya pasaron,
pero nunca olvides recordar
las bendiciones de cada día.


Que el día más triste de tu futuro,
no sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca se te venga el techo encima,
y que los amigos reunidos debajo de él,
nunca se vayan.
Que siempre tengas palabras cálidas
en un frío anochecer.
Una luna llena en una noche oscura,
y que el camino siempre se abra a tu puerta.


Que haya una generación de hijos,
de los hijos de tus hijos.
Que vivas cien años,
con un año extra para arrepentirte!.
Que el Señor te guarde en su mano,
y nunca apriete mucho su puño.
Que tus vecinos te respeten.
Los problemas te abandonen.
Los ángeles te protejan,
y que el cielo te acoja.


Que la fortuna de esta tierra bendita te abrace.
Que las bendiciones de tu madre te contemplen.
Que tus bolsillos estén pesados
y tu corazón ligero.
Que la buena suerte te persiga cada día
y cada noche.
Que tengas muros contra el viento,
y un techo para la lluvia,
bebidas junto al fuego y risas para consolarte,
y aquellos a quienes amas cerca de ti,
!Y todo lo que tu corazón desee!


Que el Señor esté contigo y te bendiga.
Que veas a los hijos de tus hijos.
Que el infortunio sea pobre y  rico en bendiciones.
Que no conozcas nada más que la felicidad
desde este día en adelante.
Que el Señor  te conceda muchos años de vida...
De seguro Él sabe que en la tierra no tiene suficientes ángeles.








Esta es una traducción libre de una antigua oración perteneciente a la tradición irlandesa y cuyos orígenes se remontan al siglo 8 A.C. Esta oración ha sido trasmitida de generación en generación a través de los siglos, bajo los influjos de las culturas Celta, Gaélica, Romana, Cristiana, Germánica e Inglesa.

 

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