miércoles, 6 de mayo de 2015

LA NUEVA ESCLAVITUD





"Sutil es la esclavitud, ya no sentimos el látigo que nos resuene en la espalda, es la nueva esclavitud"
Ali Primera (Esclavos de Esclavos)


Reiteradamente oímos denuncias sobre diferentes formas de esclavitud,se mencionan múltiples casos de tráfico de personas con fines de explotación. 

En los últimos años  ha proliferado una nueva forma de esclavitud que no se menciona pero que tristemente se ha hecho práctica cotidiana en Venezuela. Hablamos de la esclavitud de miles de servidores públicos que son sometidos a presiones y vejaciones por abusivos jefes. Estos, amenazan constante a los trabajadores  con la pérdida de los  beneficios laborales adquiridos si no demuestran una obediencia servil y esclavizaste a sus caprichos personales, todo en nombre  de un supuesto compromiso con una única parcialidad política partidista.

Esta situación no es nueva en Venezuela. La novedad radica en que hoy cuando se habla de “Socialismo” del ser humano como centro de las acciones sociales del Estado, sea el mismo Estado, a través de mediocres funcionarios, el que abuce de los trabajadores públicos utilizando, la segregación, exclusión, el miedo y la coerción.

Las raíces de esas prácticas están en la ignorancia, la intolerancia, el oportunismo y la discriminación, algo evidente que cada día está más presente en Venezuela.

Todo esto me lleva a hacer una reflexión muy simple, ya lo dice el viejo y conocido refrán:  “La culpa no la tiene el ciego, sino quien le da el garrote” . Con esto, quiero decir que la culpa en realidad es de nosotros los ciudadanos al permitir que esas prácticas abusivas y faltas de ética se sigan cometiendo.

Quizá lo más grave de la situación se centre que muchos de los autodenominados “representantes” del pueblo y altos funcionarios públicos cometen omisión en el cumplimiento de la ley y de sus funciones, obedeciendo solo a intereses particulares o grupales, enfocándose  en realizar acciones contrarias al bien común. 

Todo esto, seguirá sucediendo mientras los trabajadores callen, permitan y avalen estos abusos.  Si seguimos así, nada  va a cambiar y nuestra sociedad no va a mejorar.

Debemos imitar el valor y el coraje de quienes lucharon por emanciparse de la esclavitud, para acabar con las formas modernas de ese fenómeno. La lucha es desigual, pero comienza en asumir posiciones éticas frente a los múltiples abusos.

En la lucha no podemos contar con quienes detentan circunstancialmente el poder, ellos han demostrado en los hechos que no les interesa el bien común; sin embargo, la convocatoria debe seguirse reforzando hacia a la sociedad para imitar el valor y el coraje para acabar con la moderna esclavitud.  No debemos dejar que la ignorancia, la intolerancia, la desesperanza y el temor alimenten la codicia de unos cuantos. 






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