miércoles, 6 de agosto de 2014

¡SE ACABÓ EL PAN DE PIQUITO!


 
Panadería Ramella - 1905 en la Esquina de Gradillas


¡Se acabó el pan de piquito!*
Oscar Yanes

Hacer pan de trigo en Venezuela era un oficio de mujeres, hasta que según Arístides Rojas se fundó en 1825 la primera panadería de "corte moderno", con máquinas y todo. El pan dejó de ser artesanal. Ese fue el pecado original, pues años después comenzó la guerra de los panaderos en Caracas, con influencia en toda Venezuela. 

Ramella, dueño de la panadería Las Gradillas y cinco grandes panaderías más: entre ellas la del Guanábano, famosa por el pan de piquito (hoy desaparecido). Cuando algún acontecimiento rompía la rutina de la vida cotidiana en Caracas. El refrán más popular en Caracas era aquel que decía: "¡Se acabó el pan de piquito y el de a locha también!". Por ejemplo: con la llegada de Gardel, "se acabó el pan de piquito y el de a locha también". Montauban, el rival de Ramella, tenía su cuartel general en la esquina de Sociedad y era propietario de tres panaderías más, entre ellas la de San Juan, famosa por el llamado "pan isleño" de concha dura, exquisito para mojarlo con el café con leche (contrariando la Urbanidad de Carreño) y darle un toque breve sobre la pilita de queso rallado. Los dos panaderos más poderosos de Venezuela: Ramella y Montauban, identificaban a sus repartidores: Ramella pintaba una R en cada uno de los dos barriles que llevaba el repartidor en un burro y Montauban, para no quedarse atrás pintaba una M. El más agresivo era Ramella, quien acusó a Montauban de vender pan agrio. Este respondió entonces que el pan de Ramella se hacía con agua del Guaire, no recomendable "si querías seguir viviendo". Ramella, dio un duro golpe a su adversario cuando publicó en El Cojo Ilustrado las fotos de la panadería Las Gradillas, en las que todos los panaderos aparecían uniformados y con gorros. Montauban reprodujo las fotos en un volante que lanzó por todas las calles de Caracas con un texto que decía: "Cuida tu salud. Ramella alquiló estos uniformes nada más que para tomar las fotos. ¡No seas pendejo!"

Otro punto de honor para ambos panaderos fue el pan con jamón, hasta que aparecieron los Banchs que acabaron con ese conflicto haciendo el pan en sus panaderías la de Altagracia y la de Solís. Desde mediados de noviembre se colgaban las piernas de jamón en las vigas del techo de la panadería de Altagracia y en los primeros días de diciembre se cortaba el jamón en lonjas, después en tiras y posteriormente cuadritos. Aquello era una diversión. Los estudiantes universitarios iban a cortar el jamón, en Altagracia. La masa del pan llevaba huevos y mantequilla; el porcentaje de jamón y pasas se respetaba escrupulosamente de acuerdo con el precio del pan. El bollo gigante de veinte bolívares, era lo máximo: tenía casi un metro de largo con 800 gramos de jamón y 12O gramos de pasas, sólo para ricos. La historia del pan en Venezuela está llena de hechos curiosos: el caso del hombre que no podía comer pan, porque cada vez que vea "un bollito" perdía el conocimiento. Vivía por Altagracia y los mamadores de gallo, cuando lo encontraban decían: "Mira lo que tengo aquí" y le mostraban un pancito. El tipo gritaba: "me da, me da" y caía en el suelo. Así son las cosas.

Oscar Yanes


Panadería de Solís, esquina de Solís

* Nota: Artículo de Oscar Yanes, publicado originalmente en el Diario el Universal el 02/06/2006, el texto fue transcrito del original impreso en papel, lamentablemente la versión digital que circula por las redes, incluyendo la del eluniversal.com y la del Blog Caracas en Retrospectiva  ,contienen errores y imprecisiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario